* Herbert Hudde
Señor Chávez, es verdaderamente tragicómico ver a su equipo de lumbreras de la economía gigantescamente enredados inventando soluciones para evitar la especulación en el paralelo.
En primer lugar no existe tal especulación, como demostré en anterior artículo, pero brevemente resumo: En el paralelo actúan numerosos actores de ambos lados, la oferta y la demanda, por lo que nadie puede manipular la cotización (salvo el Gobierno y el BCV), hay fluida información, y se cumplen otras condiciones, con lo que ese mercado es casi del tipo que los economistas llaman de "competencia perfecta", y es un mercado muy transparente. En estos mercados el precio que se forma no tiene nada de especulativo, porque es el precio al que los numerosos demandantes y oferentes se sienten satisfechos, y por tanto es el precio justo (salvo la influencia que pueda tener la escasa oferta del Gobierno y el BCV), y, repito, no hay ninguna especulación.
Pero lo más importante es lo siguiente: señor Chávez, los controles de cambio, aunque Fidel lo haya felicitado por ponerlo aquí, son una lacra para los países que lo implantan, que de paso ya casi no quedan, porque entraban el aparato productivo, requieren burocracia innecesaria, generan corrupción, etc., pero sobre todo, porque espantan la inversión.
Ahora bien, ¿por qué será que todo lo que hacen sus muy ilustres colaboradores en el área económica siempre es precisamente lo contrario de lo que debe hacerse, especialmente en materia cambiaria? La solución que están inventando para evitar la especulación en el paralelo de plano va a ser enredada e ineficiente (aún estamos lejos de que puedan implementarla), sencillamente porque lo que tienen sus colaboradores en sus cabezas es una bola de espagueti con mango (la demostración de esto es el ridículo que hicieron Giordani y Merentes en la rueda de prensa que dieron el 18-05-2010, en que iban a anunciar las medidas cambiarias para combatir la especulación en el paralelo; no informaron absolutamente ninguna medida, estuvieron hablando boberías que nadie entendió, dando unas explicaciones ridículas y malísimas de que era lo que pasaba, y no fueron capaces de responder satisfactoriamente ninguna de las preguntas, bastante majunches, por cierto).
Lo que se debe hacer es extremadamente sencillo, y es lo siguiente: eliminar el control de cambio, y dar los dólares que se vienen dando por Cadivi, de la misma forma que hasta ahora, pero que estos sean dólares preferenciales, y dejar que haya un mercado libre legal, en el cual el BCV pueda intervenir directamente cuando quiera, y no de la forma rebuscada como actualmente lo hace.
Con esto se lograría lo que supuestamente fue el motivo para implantar el control de cambio, que fue evitar que se financiara la fuga de capitales con las reservas del país, y se obtendrían los inmensos beneficios de no tener un control de cambio.
Además se debe permitir a los exportadores nacionales vender sus dólares en el mercado libre o conservarlos, es decir, no exigirles que vendan los dólares que les ingresan al BCV, para así estimular algo las exportaciones no petroleras, que están sumamente alicaídas. Todo muy simple.
Además, como ya he repetido muchas veces en mis artículos, los del Gobierno no deben estar volviéndose locas porque el precio del dólar en el paralelo esté alto, ni botando miles de millones de dólares para bajarlo, sino suministrar por Cadivi dólares para todos los productos y servicios que sean de interés para el país, y sólo dejar sin dólares de Cadivi aquellos artículos verdaderamente suntuarios, para que así sólo queden como compradores en el paralelo, mayoritariamente, los adquirientes de dichos productos (los suntuarios) y los sacadores de divisas, los cuales, ambos, son básicamente los ricos y los chavistas ladrones, a los cuales no se le deben regalar los dólares de los venezolanos para abaratárselos a ellos.
De usted atentamente,
Señor Chávez, es verdaderamente tragicómico ver a su equipo de lumbreras de la economía gigantescamente enredados inventando soluciones para evitar la especulación en el paralelo.
En primer lugar no existe tal especulación, como demostré en anterior artículo, pero brevemente resumo: En el paralelo actúan numerosos actores de ambos lados, la oferta y la demanda, por lo que nadie puede manipular la cotización (salvo el Gobierno y el BCV), hay fluida información, y se cumplen otras condiciones, con lo que ese mercado es casi del tipo que los economistas llaman de "competencia perfecta", y es un mercado muy transparente. En estos mercados el precio que se forma no tiene nada de especulativo, porque es el precio al que los numerosos demandantes y oferentes se sienten satisfechos, y por tanto es el precio justo (salvo la influencia que pueda tener la escasa oferta del Gobierno y el BCV), y, repito, no hay ninguna especulación.
Pero lo más importante es lo siguiente: señor Chávez, los controles de cambio, aunque Fidel lo haya felicitado por ponerlo aquí, son una lacra para los países que lo implantan, que de paso ya casi no quedan, porque entraban el aparato productivo, requieren burocracia innecesaria, generan corrupción, etc., pero sobre todo, porque espantan la inversión.
Ahora bien, ¿por qué será que todo lo que hacen sus muy ilustres colaboradores en el área económica siempre es precisamente lo contrario de lo que debe hacerse, especialmente en materia cambiaria? La solución que están inventando para evitar la especulación en el paralelo de plano va a ser enredada e ineficiente (aún estamos lejos de que puedan implementarla), sencillamente porque lo que tienen sus colaboradores en sus cabezas es una bola de espagueti con mango (la demostración de esto es el ridículo que hicieron Giordani y Merentes en la rueda de prensa que dieron el 18-05-2010, en que iban a anunciar las medidas cambiarias para combatir la especulación en el paralelo; no informaron absolutamente ninguna medida, estuvieron hablando boberías que nadie entendió, dando unas explicaciones ridículas y malísimas de que era lo que pasaba, y no fueron capaces de responder satisfactoriamente ninguna de las preguntas, bastante majunches, por cierto).
Lo que se debe hacer es extremadamente sencillo, y es lo siguiente: eliminar el control de cambio, y dar los dólares que se vienen dando por Cadivi, de la misma forma que hasta ahora, pero que estos sean dólares preferenciales, y dejar que haya un mercado libre legal, en el cual el BCV pueda intervenir directamente cuando quiera, y no de la forma rebuscada como actualmente lo hace.
Con esto se lograría lo que supuestamente fue el motivo para implantar el control de cambio, que fue evitar que se financiara la fuga de capitales con las reservas del país, y se obtendrían los inmensos beneficios de no tener un control de cambio.
Además se debe permitir a los exportadores nacionales vender sus dólares en el mercado libre o conservarlos, es decir, no exigirles que vendan los dólares que les ingresan al BCV, para así estimular algo las exportaciones no petroleras, que están sumamente alicaídas. Todo muy simple.
Además, como ya he repetido muchas veces en mis artículos, los del Gobierno no deben estar volviéndose locas porque el precio del dólar en el paralelo esté alto, ni botando miles de millones de dólares para bajarlo, sino suministrar por Cadivi dólares para todos los productos y servicios que sean de interés para el país, y sólo dejar sin dólares de Cadivi aquellos artículos verdaderamente suntuarios, para que así sólo queden como compradores en el paralelo, mayoritariamente, los adquirientes de dichos productos (los suntuarios) y los sacadores de divisas, los cuales, ambos, son básicamente los ricos y los chavistas ladrones, a los cuales no se le deben regalar los dólares de los venezolanos para abaratárselos a ellos.
De usted atentamente,
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