martes, 9 de noviembre de 2010

Estremecedor artículo de Roberto Giusti

Roberto Giusti
El Universal

El debate inútil

En medio de la ruina (moral y material), ¿cómo llegaremos a diciembre de 2012

La obsesión por salir de Chávez, creciente en números y en ansiedad, obnubila el entendimiento, distorsiona las prioridades y puede terminar en lograr o contrario de lo que se persigue. Se entiende que la perplejidad y el pasmo, provocados por las señales inequívocas de decadencia y ruina, coloquen el acento sobre el tema de sí se va o no se va y de allí el adelante se despliega el abanico, espiral, de toda clase de escenarios.

Si se va, ¿se va por las buenas? Y, en ese caso, ¿quién es el desafortunado o (o en el lenguaje chavista), la desafortunada, que llenará el vacío y defenderá lo indefendible? ¿Y si no se lanza?, ¿si decide no arriesgarse y pasar a la oposición, forrado de plata y listo para dar el zarpazo ante un débil Gobierno de la actual oposición? ¿No habrá que aplicarle la ley y desglosar sus andanzas en un juicio seguramente conflictivo y capaz de generar cualquier tipo de efectos nocivos? Entonces, ¿habrá que cerrar los ojos y dejarlo en paz?

¿Pero qué les pasa a ustedes? ¿Siguen creyendo en pajaritos preñados? ¿Ustedes creen que se va así no más sabiendo lo que le espera? ¿Acaso se va a destetar sin pelear luego de doce años saboreando la leche nutricia del poder? Pero, ¿si perdió el apoyo popular, la gente no lo quiere y sigue en sus trece, obcecado, obsesionado en cumplir el mandato de la historia y hacer la revolución, sí, violenta, sí, dispuesto a meter en la cárcel a los burgueses y toda esa cáfila de cipayos del imperio y aplicar el principio de la dictadura del proletariado con que ya está amenazando?

Para nada. Esa es una tesis peregrina porque ¿tendrá la fuerza (armada) para imponerse por las malas? ¿Acaso los uniformados son inmunes a la grima que genera un Gobierno sumido en la corrupción, la ineficacia y el caos general? ¿Y los paramilitares oficialistas? ¿Y la guerrilla colombiana? Dios mío. ¿De qué estamos hablando? ¿De una guerra civil? No hombre, ¿cuál guerra? ¿No sabes qué para pelear hacen falta dos y aquí hay un solo bando armado? Depende, ¿no dices que los militares no soportan esto? Y así hasta el infinito.

El tema es que, mientras tanto, el país se muere de mengua. Este Gobierno de pretendida naturaleza autoritaria y controlador, ya no controla nada. Las fuerzas disolventes se desatan y nada parece detenerlas. ¿Acaso, a estas alturas, puede este Gobierno, arruinado, desmoralizado e incapaz, detener los índices de criminalidad, si no lo supo hacer cuando sobraba el dinero? ¿Serán las expropiaciones el remedio para el déficit de viviendas? ¿Baja el desempleo, aumenta la renta petrolera, encontraron el remedio a la crisis de la salud y hay menos pobres que antes como lo indica el PNUD de la ONU con cifras del Gobierno? Así las cosas, ¿cómo llegaremos, en esa tesitura, a diciembre del 2012?

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